Te contamos qué es un pozo artesiano y todas sus características principales. Veremos cómo se realiza, son longitud y más datos relevantes.
El primer pozo artesiano de Europa se construyó a principios del siglo XII en la región francesa de Artois, de la que recibe su nombre. Aunque conocemos otros ejemplos más antiguos en zonas como Chipre, Siria o Egipto.
¿Quieres saber qué es un pozo artesiano? ¿Cómo funciona? ¿Cuáles son sus ventajas? Pues entonces te recomendamos que no te pierdas nuestra entrada de hoy.
¿Qué es un pozo artesiano?
Se trata de un tipo de pozo que conecta con un acuífero situado por encima del nivel freático. Su principal característica es que se encuentra justo en medio de dos capas impermeables, que ejercen una enorme presión y permiten que el agua salga a la superficie de forma natural.
¿Cómo funciona?
Como acabamos de ver, los pozos artesianos funcionan mediante la presurización del agua subterránea. No queremos aburrirte con muchos detalles técnicos. A grandes rasgos, el proceso es bastante similar al de una manguera, ya que la presión se ejerce de abajo a arriba con una gran fuerza.
Por esta razón, no te hará falta instalar una bomba para el aprovechamiento del pozo. Además, evitarás que muchos agentes contaminantes entren en contacto con el agua. Por lo que disfrutarás de un sistema eficiente y muy seguro. Ideal para agricultores, ganaderos y cualquier usuario que quiera disfrutar de un suministro continuo.
¿Cómo se realiza?
El primer paso es encontrar las bolsas de agua adecuadas para la construcción del pozo artesiano. Ya que, sin un estudio previo, estarías perforando a ciegas y correrías el riesgo de perder toda la inversión.
En RS-Ingeniería estamos especializados en el sondeo de pozos y utilizamos los métodos más avanzados que existen en la actualidad. Como es el caso de los estudios hidrogeológicos y los estudios geofísicos.
Si lo deseas, podemos efectuar un informe preciso con todas las fuentes de agua subterránea que hay en tu finca. Que además contiene datos detallados sobre la geología de la zona, topografía, flujos de pendientes, humedad, temperatura y la calidad del agua. En definitiva, toda la información que necesitas para optimizar el aprovechamiento de tu pozo.
A continuación, llega el turno de la perforación. Siempre se realiza en sentido vertical, para así atravesar las acumulaciones de agua que están ubicadas en el subsuelo y que reciben el nombre de napas.
Por último, hay que entubar toda la galería para evitar la contaminación del agua, normalmente recubriéndola con grava o una tubería de acero inoxidable o PVC. Y por el mismo motivo, debemos colocar un sello sanitario en la superficie del pozo. Que suele ser de hormigón, un material que destaca por sus capacidades aislantes.
¿Cuánta profundidad tiene?
Aunque suelen ser más largos que los convencionales, los pozos artesianos no tienen una profundidad fija. El mínimo está en torno a los 7 metros, que es la altura necesaria para introducir la maquinaria. Mientras que el máximo se sitúa en los 130 metros.
Sin embargo, la profundidad no es un factor decisivo para tener éxito. Lo importante es que el acuífero se encuentre entre dos capas impermeables que ejerzan la suficiente presión. ¿Tienes alguna duda? ¿Necesitas asesoramiento? Te animamos a que contactes con nosotros en cualquier momento. ¡Sin compromiso!